Noticia437

Propuesta de mejoras de la receta electrónica Asturias. 
28/09/2020
La SEAPA y la REAP proponen una serie de mejoras de la receta electrónica con el objetivo de facilitar la integración y la colaboración interprofesional , mediante cauces de comunicación ágiles y seguros para resolver los problemas de seguridad del paciente.

Es evidente que la situación que vivimos con la pandemia de la Covid19 marca un antes y un después en muchos aspectos de nuestra vida, y también en la relación entre el sistema sanitario y la comunidad.

Para evitar contagios y la presencia de las personas en los centros sanitarios se han hecho modificaciones en distintos ámbitos que han facilitado enormemente estas relaciones, a la vez que han disminuido el aspecto burocrático en el trabajo con la supresión del papel entre la prescripción de un medicamento y su dispensación.

Estas modificaciones son bienvenidas, pero tienen sus luces y sus sombras. En el presente documento trataremos de ponerlas de manifiesto, dando ideas alternativas para la solución de los problemas que se plantean.

El uso actual de la tarjeta sanitaria ha facilitado el acceso de los pacientes al tratamiento, pero se pierde la visión de conjunto sobre su medicación actualizada que suministraba el formato en papel (hoja de tratamiento) y que probablemente contribuía a aportar seguridad.

Se han evidenciado carencias que en el momento actual pueden suponer riesgos (seguridad, efectividad, necesidad) en el proceso de uso de medicamentos y vacíos que afectan al registro de datos obligatorios en la farmacia.

El uso del medicamento de forma correcta por parte del paciente es clave para conseguir la efectividad y seguridad del tratamiento prescrito.

La información (al paciente y a la farmacia) es imprescindible para evitar errores de administración, para confirmar que el paciente ha entendido la dosis, pauta y duración de tratamiento (especialmente en casos de inicio o retirada progresiva), para descartar que no haya dificultades de uso (limitaciones que afectan a la técnica o manipulación incorrecta de la forma farmacéutica) y, por último, para evitar duplicidades terapéuticas.

Con la prescripción telefónica (acceso desde la farmacia a la receta electrónica con la tarjeta sanitaria) el paciente no dispone de información escrita sobre el tratamiento prescrito (nombre del medicamento, pauta de administración, duración). El farmacéutico tiene “que adivinar” en una receta electrónica con varios medicamentos “qué” se corresponde con el inicio o con el cambio de tratamiento, errores por la no concordancia entre lo prescrito (información objetiva incompleta), lo que interpreta el paciente (información subjetiva) y la ficha técnica; errores porque la posología visible en la farmacia es la que se corresponde para calcular el número de envases a dispensar, etc.

La Atención Primaria está en un importantísimo proceso de cambio y la farmacia comunitaria tiene que ir en consonancia, por la seguridad del paciente y por el importantísimo papel del farmacéutico más allá de la entrega sin errores de los medicamentos. Compartir responsabilidades interprofesionales exige herramientas (receta electrónica) adecuadas y cauces de comunicación ágiles y seguros para resolver los
problemas.

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