Esta enfermera/o trabajaría coordinadamente con los profesores y responsables de enfermería de los Centros de Salud.
La figura del Enfermero Escolar no es algo nuevo. Este perfil está institucionalizado en los centros escolares de numerosos países como Francia, Alemania, Reino Unido, EEUU, Australia, Ucrania, etc...
De hecho su presencia es constante en la mayoría de los colegios de carácter extranjero, en algunos privados de nuestro país e incluso en los institutos y centros públicos de la comunidad de Madrid, donde están escolarizados niños con problemas de salud crónicos.
Desde la Sociedad de Enfermería de Atención Primaria de Asturias (SEAPA) queremos transmitir el cansancio y desconcierto del colectivo de enfermería de atención primaria. Habitualmente estos profesionales han de responder a las demandas de padres y profesores de forma improvisada. Ante ello, consideramos que la creación de la figura del enfermero escolar en los colegios representa la opción más oportuna para responder a esta demanda. De esta manera, se proporcionará a los escolares los cuidados que precisan para el mantenimiento de su salud y prevención-control de las enfermedades.
Tanto la OMS como el Consejo de Europa han definido en diferentes textos y documentos la necesidad de fomentar en la escuela la adquisición de conocimientos, que potencien el desarrollo de jóvenes preparados para elegir estilos de vida sanos. De ese modo el enfermero escolar trabajaría coordinadamente con el profesorado y con los profesionales de enfermería del Centro de Salud de referencia en la implantación de programas de Educación para la Salud a edades tempranas, antes de que aparezcan conductas de riesgo.
La infancia y la adolescencia son las etapas de la vida en las que se adquieren los hábitos que van a condicionar los comportamientos en la vida adulta. Estos, una vez consolidados, son difíciles de modificar. La mayoría de las malas conductas y hábitos insalubres de la sociedad actual se adquieren en esta época de la vida. El medio escolar es el idóneo para la promoción de la salud, la prevención de la enfermedad y la educación de hábitos saludables.
En repetidas ocasiones se ha dicho que los profesores son los responsables de actuar ante los accidentes más habituales en el medio escolar y de cuidar no solo de un niño con diabetes, sino también de aquellos con asma, obesidad, bajo rendimiento escolar, alteración en la vocalización, piojos....
Ante ello existen varias respuestas posibles, bien la incorporación de Profesionales de Enfermería en todos los centros educativos no universitarios tal y como plantea la Sociedad Científica Española de Enfermería Escolar (SCE3) o bien replantear la coordinación entre los Centros Educativos y los Centros de Salud, y que actualmente parece no cubrir las demandas de padres y profesores.