Según la OMS los sistemas sanitarios que tienen una Atención Primaria bien desarrollada son más eficientes y alcanzan mejores resultados en salud existiendo la evidencia entre el nivel de desarrollo de Atención Primaria y una mejor salud poblacional, menor número de ingresos hospitalarios evitables y mayor equidad.
Más cerca tenemos las palabras escritas en Astursalud en Septiembre de 2017, con motivo de la concesión de la Medalla de Asturias a la Red de profesionales y centros de AP, donde se manifiesta :
“Asturias, dispone de una buena Atención Primaria. Bien valorada por los ciudadanos, por los profesionales y por el mundo científico, con excelentes resultados en salud, de esperanza de vida, y de vida libre de discapacidad.
Es un nivel asistencial imprescindible por su papel medular de la medicina familiar desde el punto de vista de la eficiencia y la sostenibilidad, del abordaje a los nuevos paradigmas de la atención sanitaria como son la cronicidad, la dependencia y el envejecimiento, y por el contrato ético y social que cada especialista contrae con sus pacientes.”
Esta Atención Primaria tan valiosa no se entendería hoy día sin la Especialidad de Familiar Y Comunitaria, tanto de Medicina cómo de Enfermería.
En el 2010 se aprobó el programa formativo de la especialidad de Enfermería Familiar y Comunitaria y, desde el 2011, se han venido formando enfermeros especialistas vía EIR.
Además, hay un gran número de profesionales de enfermería no acreditados, que llevan años trabajando en Atención Primaria, desarrollando las competencias específicas de sus puestos de trabajo. Van a tener la oportunidad de acreditarse, como enfermeros especialistas, en la próxima convocatoria de la vía extraordinaria de acceso a la especialidad de Enfermería Familiar y Comunitaria.
Es por todo esto por lo que, si entendemos que la Atención Primaria es un área específica que requiere de una inversión estratégica, garantizándose que dispone de aquellos profesionales del sistema de salud con mayor formación y experiencia específica y que, de su nivel de desarrollo depende la sostenibilidad de nuestro sistema sanitario, no se debiera permitir un movimiento reiterado de profesionales de enfermería, sin tener en cuenta ninguna de las condiciones anteriormente mencionadas.
Esto va a provocar que muy buenos profesionales de enfermería formados en otros sectores con áreas competenciales, totalmente diferentes a las de Atención Primaria, accedan a puestos con funciones totalmente opuestas a su experiencia laboral con el único requisito simple y llanamente es el número de años trabajados. A su vez, va a provocar en sentido inverso el desplazamiento a la Atención Hospitalaria de muy buenos profesionales de enfermería formados en Atención Primaria pero sin competencias desarrolladas en su nuevo ámbito laboral.
Experiencias similares nefastas, como las realizadas en anteriores concursos de movilidad voluntaria, han causado retraso o paralización de programas estratégicos del Servicio de Salud tanto a nivel puramente asistencial, cómo las retinografias, seguimiento a pacientes frágiles en domicilio, cirugía menor, atención a la salud de la mujer, cuidados paliativos,...etc y, por supuesto, comunitarios cómo programas en colegios, institutos, paciente activo,...etc
Se han dado situaciones que serían impensables a nivel hospitalario, como cambiar gran parte de la plantilla de enfermería en servicios como cuidados intensivos o quirófano, por personal previsiblemente sin ninguna experiencia ni especialidad, y que se vea con total normalidad como sucedió en algunos centros de salud.
Además, este proceso de movilidad interna de área tampoco va a solucionar el problema que demandan desde hace años los profesionales de enfermería que tienen su plaza en Atención Primaria y que no podrán competir con el baremo único expresado en años trabajados, superado siempre por los de Hospital, por lo que tendrán que seguir en su destino de origen, en espera de una edad que les permita concursar a un destino más cercano a sus preferencias.
Hacemos un llamamiento a la administración y a los actores sociales responsables de estos procesos de movilidad del tipo que sean, a buscar soluciones inmediatas para garantizar que los profesionales que accedan a la Atención Primaria sean los más adecuados para garantizar que la Atención Sanitaria y los programas de Educación para la Salud no se vean afectados por este desplazamiento de personal de enfermería.
Además invitamos a una reflexión acerca de qué tipo de Atención Primaria queremos y qué profesionales consideramos que son los idóneos para participar en el desarrollo de la misma, para que esta situación no se vuelva a repetir una ve tras otra.
En resumen: decidir si queremos estratificar a los profesionales por edad o por su nivel de desarrollo en áreas competenciales.
Oviedo 11 de octubre de 2017
Presidentes de SEAPA, SAMFyC, SEMERGEN, FAECAP, REAP Y AEC